lunes, 11 de mayo de 2009

Un poco de Historia...

Desde que nace, el hombre experimenta necesidades, satisfacciones, frustraciones, éxitos y fracasos.
El conocimiento es quien le aporta seguridad en la vida cotidiana dentro de su entorno. Esta seguridad se apoya en la convicción de que está sujeto a leyes que lo ordenan, y que es posible conocerlas para controlar sus cambios si fuese necesario.
A través del lenguaje es es como se les asigna significados a la realidad percibida.
La palabra cosmos (de origen griego) significa orden, y la caos (también de origen griego) significa desorden. Probablemente, toda la ciencia se basa en transformar el caos en cosmos, en un intento de mejorar la vida.
Otros términos de origen griego también son significativos para este análisis:
  • física: alude a la realidad concreta que impresiona los sentidos, el mundo material del cual el orden humano participa;
  • metafísica: se refiere a la realidad trascendente, la que permanece detrás de la pluralidad de los seres y de los cambios que se manifiestan a la percepción sensorial.

A lo largo de la historia, se han desarrollado sistemas de creencias o cosmologías con distintos fundamentos para responder a la pregunta de cuáles son las leyes que explican el universo.

Aristóteles (384-322 a.C.), usando ideas de otros pensadores, explicó la diversidad de seres y cosas que percibimos en el cielo y en la Tierra, como también sus cambios. Diferenció dos regiones en la realidad: la región celestial (que no admite cambios de ningún tipo), y la región sublunar (formada por la tierra y sus proximidades, en donde el cambio es permanente y variado).

Para Aristóteles, por medio de los sentidos se accede a accidentes particulares, como la cantidad, cualidad o ubicación espacial de algo o alguien. Para llegar al verdadero ser de las cosas (sustancia) es necesario la razón.

Los enunciados de Aristóteles acerca del mundo natural ordenan la experiencia cotidiana desde una sistema teórico coherente, lo cual explica, su gran aceptación a lo largo de varios siglos.

Luego de su muerte, en Alejandría, se desarrolló el Museo, donde se congregaban los pensadores más importantes de la época. Su actividad científica estaba relacionada a problemas prácticos mas que a cuestiones filosóficas.

En este período se destacó la obra de Arquímedes (287-212 a.C.), un notable matemático e inventor griego. Entre sus trabajos está la ley que explica el funcionamiento de la palanca, la polea compuesta, el tornillo sin fin para elevar el agua de nivel, y la famosa ley de la hidrostática, llamada "principio de Arquímedes".

Los astrónomos alejandrinos describieron con más precisión los movimientos planetarios ya que disponían de los registros astronómicos babilónicos, egipcios y caldeos.

En la decadencia de la cultura alejandrina, Ptolomeo, astrónomo que vivió en el siglo II d.C. realizó un registro de los conocimientos astronómicos en su libro Almagesto o La gran síntesis matemática. Esta obra tuvo vigencia hasta los tiempos de Galileo, pues las predicciones de los astros y las mediciones concordaban.

En la segunda mitad del siglo XII, el cosmos aristotélico, tan conveniente para el pensamiento cristiano, porque separaba el orden celestial del terrenal, comienza a ser criticado. En esa época empezaron a llegar textos desconocidos hasta entonces, esto se debió al invento de la imprenta en el siglo XV. Su influencia dio lugar al movimiento humanista conocido como Renacimiento.

Este movimiento supuso un retorno a las fuentes del arte literaria de la antigüedad grecolatina clásica. En este contexto se ubicó la llamada Revolución Científica, cuyo producto fue la ciencia moderna. Algunos autores la encuadran en un período de un siglo y medio que se extendió entre la obra de Nicolás Copérnico, De revolutionibus orbium caelestium (Sobre la revolución de las esferas celestes), en 1453, hasta la publicación en 1687 de Philosophie naturalis principia matemática ( Principios matemáticos de filosofía natural) de Isaac Newton.

En el Renacimiento, período fructífero para el conocimiento, existieron tres tradiciones científicas:

  • Organicismo: lo que permite el conocimiento de lo real son las cualidades concretas de las cosas y de los seres vivos, que perciben los sentidos. La matemática no desempeña un papel importante en la investigación de la naturaleza.
  • Neoplatonismo: planteaba que quien pretendiera develar los secretos de la naturaleza debía actuar como un mago. La fuente de conocimiento era, desde este punto de vista, la contemplación mística del mundo. Las ideas de Copérnico fueron aceptadas por los neoplatónicos. Fue Kepler (1571-1630), quién llevó la astronomía a un nivel bien fundamentado al enunciar sus famosas leyes del movimiento de los cuerpos celestes.
  • Mecanicismo: esta visión floreció en los talleres en los cuales hombres de distintas artes debatían temas de interés técnico relacionados con las necesidades productivas de la época. para ellos, el lenguaje en que estaba escrita la naturaleza era el matemático. Los métodos para acceder al conocimiento eran los procedimientos de medición, tan precisos como pudieran realizarse, y el establecimiento de relaciones cuantitativas entre las medidas obtenidas. El primero en introducir el métodos matemático experimental en la física fue Galileo Galilei (1564-1642), y sus aportes básicos se dirigieron a la rama de la física que hoy se conoce como mecánica. Esta tradición mecanicista logró predominar sobre las otras. A partir de esta época, la ciencia se convirtió en una práctica de alto interés social, relacionada directamente con los problemas y la vida de las personas. Esta nueva filosofía natural desplazó a la aristotélica del lugar que durante siglos había ocupado.

La ciencia experimental renacentista resultó fructífera en términos de aplicaciones técnicas inmediatas y, por ello, fue alentada y protegida por los poderes económicos del momento. Diversas industrias tuvieron en esta época un desarrollo muy importante aplicando los nuevos conocimientos.

Merece destacarse la obra de Isaac Newton, quién logró organizar el primer resumen unificador en torno al cual encuadra la actual ciencia física. Completando los desarrollos de otros científicos, en particular los de Galileo y Kepler, la mecánica newtoniana, como sistema teórico, se contituyó en el paradigma de toda investigación científica. Para algunos autores, terminó con una nueva revolución conceptual a partir de la teoría de la relatividad de Albert Einstein (1879-1955) a comienzos del siglo XX, al proponer interpretaciones nuevas para el espacio y el tiempo. Cuando algunos especulaban que las bases de la física estaban ya construídas, la aparición de la física cuántica cuestionó conceptos fundamentales dentro de esta ciencia, como es el principio de la causalidad o el mismo concepto de realidad.

La ciencia es una actividad humana que no tiene fin, está permanentemente en construcción y reconstrucción.

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